Primera Parte sobre Velas japonesas: la clave para entender el comportamiento del precio y operar con ventaja
Las velas en la bolsa son una forma de representar gráficamente la evolución del precio de un activo financiero durante un periodo de tiempo determinado. Cada vela muestra cuatro datos: el precio de apertura, el precio de cierre, el precio máximo y el precio mínimo del activo en ese periodo.
Las velas se componen de dos partes: el cuerpo y las sombras. El cuerpo es el rectángulo que une el precio de apertura y el precio de cierre. El color del cuerpo indica si el precio subió o bajó en ese periodo. Por lo general, se usa el color verde para las velas alcistas (cuando el precio de cierre es mayor que el precio de apertura) y el color rojo para las velas bajistas (cuando el precio de cierre es menor que el precio de apertura). Las sombras son las líneas que salen del cuerpo y muestran el precio máximo y el precio mínimo alcanzados en ese periodo.
Las velas se pueden interpretar de diferentes formas según su forma, tamaño, color y posición. Algunas velas tienen nombres específicos que indican una tendencia o una señal de cambio de tendencia. Por ejemplo, una vela martillo es una vela con un cuerpo pequeño y una sombra inferior larga que suele aparecer al final de una tendencia bajista y sugiere un posible rebote al alza. Una vela envolvente es una vela que cubre completamente el cuerpo de la vela anterior y puede indicar una fuerte entrada de compradores o vendedores según su color.
Las velas en la bolsa son una herramienta útil para analizar el comportamiento del mercado y tomar decisiones de inversión. Sin embargo, no son infalibles y deben complementarse con otros indicadores técnicos y fundamentales. Además, es importante tener en cuenta el contexto y el horizonte temporal en el que se observan las velas, ya que pueden variar según la escala temporal elegida.
Cada vela japonesa tiene cuatro componentes que muestran los precios de apertura, cierre, máximo y mínimo del activo en ese periodo. Estos componentes son:
Precio de apertura: es el precio al que se inicia la negociación del activo en el periodo de tiempo correspondiente. Se representa por el extremo inferior del cuerpo de la vela si es alcista (verde o blanca) o por el extremo superior si es bajista (roja o negra).
Precio de cierre: es el precio al que se finaliza la negociación del activo en el periodo de tiempo correspondiente. Se representa por el extremo superior del cuerpo de la vela si es alcista o por el extremo inferior si es bajista.
Precio máximo: es el precio más alto al que se ha negociado el activo en el periodo de tiempo correspondiente. Se representa por el extremo superior de la sombra superior de la vela, que es la línea que sale del cuerpo hacia arriba.
Precio mínimo: es el precio más bajo al que se ha negociado el activo en el periodo de tiempo correspondiente. Se representa por el extremo inferior de la sombra inferior de la vela, que es la línea que sale del cuerpo hacia abajo.
Que una vela sea alcista o bajista significa que el precio del activo ha subido o bajado, respectivamente, en el periodo de tiempo correspondiente. Una vela alcista se caracteriza por tener un cuerpo verde o blanco, que indica que el precio de cierre ha sido mayor que el precio de apertura. Una vela bajista se caracteriza por tener un cuerpo rojo o negro, que indica que el precio de cierre ha sido menor que el precio de apertura. El color del cuerpo de la vela nos muestra la dirección del movimiento del precio, mientras que el tamaño del cuerpo nos muestra la intensidad o la fuerza de ese movimiento. Cuanto más grande sea el cuerpo de la vela, mayor será la diferencia entre el precio de apertura y el precio de cierre, y por tanto mayor será la presión compradora o vendedora. Cuanto más pequeño sea el cuerpo de la vela, menor será la diferencia entre el precio de apertura y el precio de cierre, y por tanto menor será la presión compradora o vendedora
Los patrones de velas japonesas son combinaciones de velas que indican el posible comportamiento futuro del precio de un activo. Existen muchos patrones de velas japonesas que se pueden clasificar según su dirección (alcistas, bajistas o neutrales), su fiabilidad (alta, media o baja) y su posición (de reversión o de continuación). Algunos ejemplos de patrones de velas japonesas son:
Martillo: es un patrón alcista de reversión que se forma al final de una tendencia bajista. Consiste en una vela con un cuerpo pequeño y una sombra inferior larga, que indica que los compradores han rechazado los precios bajos y han empujado el precio hacia arriba.
Estrella fugaz: es un patrón bajista de reversión que se forma al final de una tendencia alcista. Consiste en una vela con un cuerpo pequeño y una sombra superior larga, que indica que los vendedores han rechazado los precios altos y han empujado el precio hacia abajo.
Harami: es un patrón de indecisión que se forma cuando una vela tiene un cuerpo pequeño que está completamente dentro del cuerpo de la vela anterior. Puede ser alcista o bajista dependiendo del color de las velas. Indica que hay una pérdida de impulso en la dirección previa y que puede haber un cambio de tendencia.
Envolvente: es un patrón de reversión que se forma cuando una vela tiene un cuerpo que cubre completamente el cuerpo de la vela anterior. Puede ser alcista o bajista dependiendo del color de las velas. Indica que hay un cambio radical en el equilibrio entre la oferta y la demanda y que la tendencia previa se ha revertido.
Tres soldados blancos: es un patrón alcista de continuación que se forma cuando hay tres velas consecutivas con cuerpos grandes y verdes que cierran cerca de sus máximos. Indica que hay una fuerte presión compradora y que la tendencia alcista se mantiene.
Tres cuervos negros: es un patrón bajista de continuación que se forma cuando hay tres velas consecutivas con cuerpos grandes y rojos que cierran cerca de sus mínimos. Indica que hay una fuerte presión vendedora y que la tendencia bajista se mantiene.