Conoce los tipos de acciones que existen y cómo aprovecharlas en el trading.
Las acciones bursátiles son partes de una empresa que se emiten para financiar su negocio. Los inversores que compran acciones se convierten en propietarios de un porcentaje de la empresa y tienen derecho a recibir dividendos y a participar en las decisiones de la misma. Las acciones bursátiles se negocian en el mercado de valores, donde su precio varía según la oferta y la demanda, y según el rendimiento y las expectativas de la empresa.
Existen diferentes tipos de acciones bursátiles según sus características y el perfil de los inversores. Algunos ejemplos son:
Acciones defensivas:
Las acciones defensivas son aquellas que pertenecen a empresas que tienen un comportamiento más estable independientemente de la evolución del ciclo económico. Se trata de empresas que ofrecen productos o servicios que las personas siempre necesitan, como bienes de primera necesidad, servicios públicos o atención médica. Estas acciones tienen un riesgo bajo y suelen ofrecer dividendos regulares.
Las acciones defensivas funcionan como una forma de proteger el capital del inversor en épocas de crisis, ya que su cotización tiende a resistir mejor que la de las acciones cíclicas, que son más sensibles a las variaciones económicas. Sin embargo, las acciones defensivas también tienen sus desventajas, como una rentabilidad limitada en épocas de bonanza o una mayor exposición a la regulación y la competencia.
Algunos ejemplos de sectores y empresas con acciones defensivas son:
Bienes de primera necesidad: Nestlé, Unilever, Danone, Coca-Cola, etc.
Servicios públicos: Iberdrola, Endesa, Enel, etc.
Farmacéuticas: Pfizer, Roche, Novartis, etc.
Para invertir en acciones defensivas es importante analizar bien sus fundamentales y su valoración, así como diversificar la cartera y tener una visión a largo plazo.
Acciones blue chips:
Las acciones blue chips son las acciones de las empresas más sólidas, reconocidas y líderes en sus sectores. Estas empresas tienen una gran capitalización bursátil, unos beneficios estables y una reputación consolidada. Las acciones blue chips suelen pagar dividendos regulares a sus accionistas y se incluyen en los principales índices bursátiles, como el Dow Jones o el S&P 500.
Las acciones blue chips funcionan como una forma de invertir en empresas de calidad, con un riesgo bajo y una rentabilidad moderada. Estas acciones suelen tener una menor volatilidad que las acciones cíclicas o de alto crecimiento, y ofrecen una mayor seguridad y confianza al inversor. Sin embargo, las acciones blue chips también tienen sus inconvenientes, como una menor rentabilidad potencial en épocas de expansión o una mayor exposición a la competencia global.
Algunos ejemplos de sectores y empresas con acciones blue chips son:
Tecnología: Apple, Microsoft, IBM, Intel, etc.
Consumo: Coca-Cola, Nike, McDonald’s, Walt Disney, etc.
Finanzas: Goldman Sachs, Visa, etc.
Industria: Boeing, Caterpillar, etc.
Energía: Exxon Mobil, etc.
Para invertir en acciones blue chips es importante analizar bien sus fundamentales y su valoración, así como diversificar la cartera y tener una visión a largo plazo2.
Acciones de alto crecimiento:
Las acciones de alto crecimiento son las acciones de las empresas que tienen unas expectativas de crecimiento muy altas, debido a sus innovaciones, su expansión o su potencial de mercado. Estas empresas suelen ser del sector tecnológico, pero también pueden ser de otros sectores emergentes o disruptivos. Las acciones de alto crecimiento suelen reinvertir sus beneficios en el desarrollo de sus negocios y no pagan dividendos a sus accionistas.
Las acciones de alto crecimiento funcionan como una forma de invertir en empresas con un gran potencial de rentabilidad, pero también con un gran riesgo. Estas acciones suelen tener una mayor volatilidad que las acciones blue chips o las defensivas, y pueden sufrir fuertes caídas si la empresa no cumple con las expectativas o si el mercado entra en crisis12. Sin embargo, las acciones de alto crecimiento también pueden ofrecer grandes recompensas a los inversores que apuestan por ellas a largo plazo y que saben elegir bien sus oportunidades.
Algunos ejemplos de sectores y empresas con acciones de alto crecimiento son:
Tecnología: Tesla, Netflix, Amazon, Facebook, etc.
Biotecnología: Moderna, Pfizer, Roche, etc.
Energías renovables: Solaria, Iberdrola, Enel, etc.
Para invertir en acciones de alto crecimiento es importante analizar bien sus fundamentales y su valoración, así como diversificar la cartera y tener una visión a largo plazo
Invertir en acciones bursátiles tiene ventajas y desventajas que hay que conocer antes de tomar una decisión. Algunas ventajas son:
Rentabilidad: las acciones bursátiles han demostrado ser el activo más rentable a largo plazo, con una rentabilidad media del 9% en los últimos 100 años.
Liquidez: las acciones bursátiles se pueden comprar y vender fácilmente en el mercado de valores, lo que permite salir rápidamente del mercado si se detecta algo negativo en el negocio.
Propiedad: las acciones bursátiles otorgan al inversor una parte de la propiedad de la empresa, lo que le permite participar en sus decisiones y beneficiarse de sus resultados.
Algunas desventajas son:
Riesgo: las acciones bursátiles tienen un riesgo superior a otros activos y pueden sufrir grandes caídas si la empresa tiene problemas o si el mercado entra en crisis.
Volatilidad: las acciones bursátiles pueden tener fuertes fluctuaciones en su precio debido a factores externos o internos que afectan a la oferta y la demanda, lo que puede generar incertidumbre e inestabilidad.
Impuestos: las acciones bursátiles están sujetas a impuestos por los dividendos recibidos y por las ganancias o pérdidas obtenidas al venderlas, lo que puede reducir la rentabilidad neta del inversor.
Para invertir en acciones bursátiles es necesario tener conocimientos financieros y analizar bien los indicadores de cada empresa, como el PER (relación entre el precio y el beneficio), el ratio de precio/flujo de caja libre, la rentabilidad por dividendo o el ratio de endeudamiento. También es importante diversificar la cartera para reducir el riesgo y tener una estrategia a largo plazo.